ASTRAEA SE VE
Astraea
se ve. Siempre ha estado visible. Aunque durante siglos la humanidad haya
mirado hacia otro lado, hacia lo terrenal, hacia su coto privado. Pero siempre
ha estado ahí, mirándonos desde el cielo, desde la constelación de Virgo, lugar
privilegiado que le dio su padre Zeus por su ayuda durante la Guerra de los
Titanes. Astraea portaba sus rayos, cargaba con su poder y su justicia, y por
ello el dios de todos los dioses le permitió mantenerse pura y le dio, no sólo
una estrella, sino una constelación entera, junto a Libra, su balanza. La
balanza de la justicia.
Astraea
representa todo lo bueno que hay en el ser humano. No en vano fue la última
inmortal en abandonar la Tierra cuando la humanidad se envileció. Ella es la
belleza interior, la fortaleza, la justicia, la pureza, la fe en el hombre. Es
esa mujer que se sobrepone a todo para demostrar su valentía y fortaleza, que
es capaz de ser cariñosa y de derrochar amor, y, al mismo tiempo, de ponerse en
primera línea de batalla en una guerra que cree justa. Es esa mujer que
representa la lucha que cada día mantienen cientos de féminas para hacer un
mundo mejor y más igualitario, para poder realizarse como mujeres, tanto en el plano
profesional como en el personal, sin tener que renunciar a ninguna de sus dos
facetas.
A
muchas de esas Astraeas anónimas
quiere Natalia Cuéllar dar voz en este blog. Porque, no nos engañemos, nuestra
sociedad sigue siendo una sociedad en la que el hombre, consciente o
inconscientemente, impone sus leyes y deseos sobre los de las mujeres.
Porque aún queda mucho camino por hacer. Porque la igualdad aún es sólo un
concepto sobre el papel. Cientos de Astraeas
luchan porque ese concepto salte de las letras y tome forma en la
realidad. Y
lo consiguen. Ellas nos abren el camino, son nuestro ejemplo, son esa
constelación que nos guía desde el cielo. Y me siento una privilegiada
por
estar en ese camino y por encontrarme con otras mujeres, como Natalia,
mientras lo recorro. Mucha suerte. Deseo, y sé, que este blog será
también un apoyo
para otras muchas.
C.Beíta Palmero
No hay comentarios:
Publicar un comentario