lunes, 25 de agosto de 2014

¡Qué bello es vivir!

"It´s a Wonderful Live" ("Qué bello es vivir", en español), es una de las película de Frank Capra. Cuenta la historia de un banquero, George Bailey, quien ante los problemas económicos que tiene se determina a dar un paso irreversible en su vida pero algo sucede... (no cuento más por si se animen a verla ;) )





 El verano nos lleva a disfrutar del mar, a muchos de nosotros, y esta semana la marea trajo a mi memoria la historia de una luchadora que es pura ganas de vivir.

 Inspira deseos de sentir la brisa del mar en el rostro, ganas de coger la vida con la dos manos para vivirla a tope, te contagia sus ganas de superación. No dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy y un gran espíritu de lucha.

 Bethany Meilano Hamilton, hawaina, iba en camino de convertirse en una de las grandes del surf a nivel mundial. A los 13 años sufrió el ataque de un tiburón mientras entrenaba, perdiendo en ese mismo momento su brazo izquierdo. 

Bethany aún convaleciente en el hospital

 Tuvo una capacidad asombrosa para afrontarlo. 


Bethany con su familia, su gran apoyo
 Su fe y su amor al mar la llenaron de unas incontenibles ganas de volver a subirse a la tabla. Lo hizo tan sólo 10 semanas después de lo sucedido y tras aprender a nadar con una mano.



Junto a su amiga Alana cuando volvía a surfear

 Adaptó una tabla hecha a mano y algo más gruesa para facilitar nadar sobre ella. Además de una pequeña agarradera en la parte superior para sujetarse.




Imágenes de Hamilton en plena forma sobre la tabla
de surf

 En 2004 Hamilton recibió el premio ESPY por el mejor regreso del año de un atleta. 




 Se convirtió en surfista profesional y sigue compitiendo, al igual que su amiga Alana, testigo del ataque que sufrió.



 Si estás interesado en conocer mejor su historia te recomiendo su libro "Soul Surfer".





 Hoy me despido con las palabras de Bethany: "no cambiaría mi experiencia porque ha sido una bendición para mí y para todos".



 ¡Feliz semana!

Nota: documentado en Wikipedia. Fotos: google





lunes, 18 de agosto de 2014

Mes de vacaciones, mes de "no a las rutinas"

Agosto... cuántos sueñan con que llegue este mes para disfrutar de sus merecidas vacaciones de verano. Toca olvidarse de todo, salvo de descansar claro, pisar la playa a diario, echarse un mojito y que la única preocupación sea a dónde vas a cenar cada noche. Y si eso lo haces lejos de tu ciudad sentirás que andas perdida por el mundo sin hora, sin prisas...



 ¡Es el mes del verano!

 Y si trabajas... te puedes permitir el lujo de salir un poco más tarde de casa para ir al trabajo porque no hay tráfico, eso significa que puedes dormir un poco más cada día. Si tienes horario matutino, al terminar la jornada tienes tiempo de sobra para hacer mil cosas. Y si además libras los fines de semana... es casi como si tuvieras mini vacaciones.

 Así que yo sólo le veo cosas buenas.

 Además con un poco más de tiempo de lo habitual aprovecho para probar cosas nuevas en la cocina. Esta misma semana hice estos pimientos rellenos de verduras. Una receta muy rica de mi amiga Lorena Andrade: Holistic Health Coach. Sana, ligera y al mismo tiempo lo suficientemente contundente para aguantar toda la tarde. Da gusto ;-)




 Otras de las cosas que aprovecho para hacer es dar paseos más largos con Dakota, sobre todo el de primera hora de la mañana y el de la noche. No hay nadie en la calle... ella va super cómoda porque tenemos las aceras para caminar a nuestras anchas. 




 El fin de semana, la playa es mi destino. Pasar unas horitas tumbada en la arena, un champuzón y unas palas convierten el día en un maravilla. Y por la noche, si sales a cenar o a tomar algo lo pasas bien porque encuentras gente en todas partes, hay un ambientillo que te engacha jaja.



 En fin chic@s si están trabajando aprovechen para disfrutar de un mes que te ayuda a salir de la habitual rutina del día a día propio de los demás meses del año y si están de vacas aprovéchenlas al máximo.

¡A disfrutar de agosto!

NOTA: Fotos de Natalia Cuéllar

lunes, 11 de agosto de 2014

Érase una vez...

Érase una vez una chica de 17 años que con esfuerzo, sacrificio y mucha voluntad cumplió el sueño de participar en unos juegos olímpicos. 

 Samia Yusuf Omar representó a Somalia en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Llegó la última a meta (32,16) cuando la ganadora había finalizado 10 segundos antes. Nadie podrá olvidar cómo levantó al estadio tras quedarse descolgada, el público se sumó a su esfuerzo.No la quiso dejar sola. La acompañaron con aplausos hasta que finalizó. Una imagen difícil de olvidar.


En este enlace pueden ver la carrera:
 No tuvo a su regreso en Mogadiscio el recibimiento que merecía esperar después de que su familia no pudo presenciar su carrera. A pesar de todo Samia estaba contentísima: "Ha sido una experiencia bellísima. He llevado la bandera de Somalia (en el desfile inaugural) y he estado con los mejores deportistas del mundo". 
 El día del desfile inaugural fue para Samia el mejor día de su vida. Se presentó ante el mundo con una amplia sonrisa, rodeada del blanco y el azul de su vestido. Fue una auténtica liberación para ella. La liberación de la mujer que deja atrás las amenaza de su país para que dejara de practicar deporte y se cubriera el cuerpo mientras entrenaba.

“Los somalíes tradicionales creen que las mujeres que practican deporte o a las que les gusta la música están corruptas”, contaba en 2008 a la BBC
 “Por eso he sufrido presión de todas partes. Algunas mañanas, me encuentro con calles bloqueadas por el ejército o por la milicia, lo que me impide entrenarme”, decía...
 Quería cumplir su sueño de ser atleta, quería dejar atrás todo lo que se lo impedía y por eso embarcó, se embarcó en busca de la libertad que rozó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Y luchando por sueño se apagó su vida mientras intentaba completar el viaje en cayuco de Libia a Italia.

Les invito a ver un vídeo que resumen bien su vida como deportista:
 Las palabras las enmudece la inmensidad del mar en el que yace Samia...

NOTA:  Información del pais,com

miércoles, 6 de agosto de 2014

Ñamm... ¡Chocolate!

 ¡Chicas! Esta semana el post va sobre CHO-CO-LA-TE. Un pensamiento, deseo y capricho prohibido para muchas de nosotras pero ¡qué rico está! 

 Como cualquier cosa en esta vida, abusar de él puede afectar a nuestra salud pero una onza de chocolate de vez en cuando aporta beneficios, hablamos del chocolate negro naturalmente: es rico en antioxidantes, aumenta el colesterol bueno, disminuye la presión arterial, refuerza el estado de ánimo... 

 ¡Hay que darse un gusto de vez en cuando! 

 Para mi cumpleaños este año se me ocurrió hacer la tarta a mí. Es puro chocolate y creo que no está nada mal para un evento especial como un cumpleaños porque los comensales se quedarán bien contentos. Yo lo comprobé ;)  

 Para empezar hacen falta los siguiente ingredientes:
 1. Galletas para hacer las capas (yo usé galleta maría de hojaldre, ideal para postres)
 2. Chocolate: en este caso empleé un maxi bote de nutella que tengo en casa pero se puede comprar una tableta de chocolate y derretirla en un cazo con un poco de leche.
 3. Fídeos de colores



Elaboración:
 1. Colocar una base de galletas. Que cubra completamente el fondo del recipiente donde se va a hacer la tarta. (Es recomendable mojar las galletas en un poco de leche para ayudar a que se ablande.)




2. Colocada la base es turno para el chocolate. Puedes usar desde nutella, una tableta que derrites en un cazo con un poco de leche hasta chocolate para postres. Hecho esto... cubre la primera capa del recipiente de galletas. Que no quede ni un hueco sin chocolate ;). 




3. Comenzamos con la segunda capa. Repetimos la operación.





 4. Y así tantas capas como queramos ponerle a la tarta. Yo la hice de cuatro... recomiendo que no sean de muchas más porque si no costará partirla y degustarla.




 5. Hecho todo es el turno para el toque final: ¡los fideos de chocolate! Ponle tantos como quieras dejando ver que la capa de la tarta es de chocolate. Otra opción es usarlos para poner la edad del cumpleañero, su nombre... o lo que se quiera.





 6. Una vez listo, a la nevera. Eso sí, recuerda sacarla al menos 20 minutos antes de que se vaya a servir para evitar que el frío la endurezca demasiado.



 Ya sé que es la primera vez que me atrevo a dar una receta pero es tan fácil de hacerla que no podía guardármela para mí sola. 

 Lorena Andrade sé que esto se aleja mucho de la dieta tan sana y equilibrada que me hiciste pero permíteme que les de un capricho a mis lectoras. Te prometo que en otro post hablaré de comida sana.

 ¡Buen provecho!

Hasta la semana que viene Astraeas